USA decidió asesorar a los ejércitos latinoamericanos en su “Doctrina” y en técnicas de Contrainsurgencia, dando apoyo logístico, de inteligencia y en algunos casos militar a los golpes de estado que se desarrollaron en la región a partir de 1.964, siendo uno de los más repudiables el ocurrido el con el Presidente Salvador Allende en Chile en 1.973.