LA GUERRA DE PRECIOS DEL PETRÓLEO DE 2.014
Definitivamente, la realidad es aún más extraña que la más absurda imaginación: ¡Desde mediados del 2.014 nos encontramos en una nueva guerra de precios del petróleo!
Ninguno de los miles de estudiosos analistas del tema, ni siquiera uno de los sofisticados modelos informáticos que actualmente se utilizan tan intensivamente, logró predecir esta increíble situación actual del mercado mundial del crudo.
Para entender este maremágnum de acontecimientos hagamos un recuento desde el comienzo del año: Todos los inversionistas especializados en mercados de materias primas necesariamente deberían observar que la situación de Ucrania se estaba complicando mucho, igualmente que tanto Irak como Irán tenían fuertes presiones políticas, pero puesto que todas las señales macroeconómicas indicaban que el crecimiento mundial de la economía auguraba una cada vez mayor demanda de crudo, era obvio considerar que la inversión más inteligente fuera en petróleo, pues se esperaría con gran certidumbre que los precios continuarían subiendo debido a las fuertes tensiones geopolíticas antes mencionadas.
¡Nada más errado! Después de permanecer muy por encima de los 100 dólares el barril hasta bien entrado el verano del 2.014, el costo del crudo se ha derrumbado. Los precios se redujeron en una cuarta parte en los siguientes tres meses, increíblemente, los principales países productores incrementaron de manera importante su producción petrolera en un momento en que la recuperación mundial se ha debilitado, con los comerciantes sorprendidos por la desaceleración en China y el continuado estancamiento en la zona euro, con la obvia consecuencia de una caída estrepitosa en los precios del crudo.
Pero, para poder comprender estos hechos, es necesario escudriñar la historia, ya que como bien sabemos, quien no conoce la historia está condenado a repetirla:
El 23 de Agosto de 1973, se reunieron en Riad los Países Árabes Exportadores de Petróleo y negociaron secretamente un acuerdo para utilizar el “arma del petróleo” como parte del conflicto militar. Decidieron no seguir exportando petróleo a todos aquellos países que apoyaban a Israel en el conflicto contra Siria y Egipto.
En Septiembre, La Organización de Países Exportadores de Petróleo – OPEP decide presionar al alza de los precios del petroleó y finalizar su apoyo a Israel, establecido en los acuerdos de Teherán de 1971.
En Octubre, Arabia Saudita, Irán, Irak, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Catar suben los precios unilateralmente en un 17% hasta los 3,65 dólares por barril y anuncian cortes de suministro. Entonces comienzan los embargos de envíos de petróleo al Occidente, especialmente a Estados Unidos y a los Países Bajos. Un mes después el embargo comienza a afectar a Portugal, Rodesia y Sudáfrica.
En Noviembre comienzan los recortes en la producción, los exportadores árabes, recortan la producción a un 30% y en Diciembre otro recorte del 5% para todos los “Países no amigos”
El 27 de Noviembre, el presidente de Estados Unidos Richard Nixon, firma una ley de emergencia relacionada con la escasez del crudo, imponiendo controles en el precio, la producción, la logística y la venta.
Como podemos deducir con claridad, el aumento de cuatro veces en los precios del petróleo provocado por el embargo a las exportaciones organizadas por Arabia Saudita en respuesta a la guerra de Yom Kipur en 1973 mostró cómo el crudo podría ser utilizado como un arma diplomática y económica.
La historia pues, se repite.
Volvamos a la actualidad: Aunque el Presidente Obama y su administración buscan que Irán detenga su programa nuclear y que Rusia retroceda en el este de Ucrania, debido al estruendoso fracaso de sus incursiones bélicas tanto en Afganistán como en Irak, no tienen hoy como una opción la intervención militar directa en los conflictos actuales de Irán y Ucrania.
Por el contrario, la jugada de USA es otra: Estados Unidos ha logrado que el precio del crudo baje, saturando el mercado con gran cantidad de petróleo con la ayuda de su aliado Arabia. Todo esto sucede en una coyuntura de gran debilidad por la situación macroeconómica mundial actual. Y si como sabemos, tanto los rusos como los iraníes tienen su economía fundamentada en sus exportaciones petroleras, es natural entender lo que persigue Obama con esta abrupta caída en los precios: debilitar en gran manera dichas economías.
Y como siempre, cuando los grandes poderes están comparando fuerzas, quienes sufren más las consecuencias de estas acciones son las naciones más débiles y no quienes son el objetivo de ésta estrategia.
América Latina ha sido grandemente afectada por esta intervención. En Colombia por ejemplo, las cifras son contundentes: por cada dólar de caída en los precios, el país deja de recibir ingresos por 400.000 millones de pesos al año (unos 200 millones de dólares) y la reciente devaluación del peso colombiano no alcanza a compensar todo lo que se deja de recibir por la caída en los precios. De seguir por debajo de US $60 el barril, se provocará una recesión de proporciones, similar a la que vivió el país en los 90s. También las grandes empresas petroleras como la estatal Ecopetrol y la privada Pacific Rubiales han visto tanto una importante disminución en el precio de sus acciones, así como también una gran caída en la inversión en exploración, con una reducción en la inversión de tres veces para el caso de Ecopetrol (de US 1.500 a US 500 millones de dólares), y una reducción similar para Pacific.
Pero de lejos, Venezuela es el mayor afectado por esta situación, pues además de ser quien tiene las mayores reservas probadas del mundo, el petróleo constituye más del 90% de sus exportaciones y un 50% de sus ingresos fiscales.
El impacto en Ecuador también es significativo ya que el 60% de sus exportaciones provienen del crudo.
Para Brasil, el tercer productor de la región, la mayor parte de su producción es para consumo interno, lo cual suaviza la afectación por la caída de los precios; sin embargo, si se pondrá en riesgo su plan para explorar su reserva petrolera de aguas profundas llamada “pre sal”, por estar bajo una gruesa capa de sal en el Atlántico.
Ahora analicemos como ha sido implementado este macabro plan:
Todo parece indicar que John Kerry, el Secretario de Estado norteamericano, llegó a un acuerdo con el rey Abdullah de Arabia en Septiembre de 2.014 según el cual este país se comprometió a vender petróleo a USA a precios inferiores a los del mercado mundial. Esta es la razón por la cual el precio del crudo sigue cayendo a pesar los graves conflictos en Irak y Siria causados por el llamado Estado Islámico, pues siendo consistentes con esta situación el precio debería normalmente ir en aumento.
En los 80´s los árabes también forzaron a la baja los precios, pero la motivación geopolítica era desestabilizar el régimen de Saddam Hussein. Ahora, los saudíes quieren ejercer presión sobre Teherán y forzar a Rusia para debilitar su apoyo al régimen de Assad en Siria.
Es claro que la actual guerra del crudo está perjudicando a Rusia. El petróleo y el gas son las dos terceras partes de las exportaciones rusas, sus reservas han disminuido y el valor de su moneda se ha visto deteriorado, además si a esto sumamos el aumento en los costos del servicio de la deuda de las empresas rusas, concluiremos que su banco central, para lograr estabilizar su moneda, debería subir las tasas de interés, pero esto significa mayor recesión.
La política exterior de Rusia continúa sin cambios: El soporte para el presidente Bashar Al-Assad de Siria sigue siendo fuerte y su apoyo a Ucrania sigue firme a pesar de los ataques de los norteamericanos y la OTAN.
Esta irracional política de precios tiene gran costo para los mismos árabes, pues todos los productores mundiales ya se han habituado a precios superiores a los 100 dólares el barril por varios años, y si a esto agregamos el incremento en la agitación política en la región que impulsa a los gobiernos a aumentar de manera importante su gasto público, entenderemos que los saudíes también necesitan altos ingresos petroleros. Sin embargo, ellos creen que pueden soportar esta situación el tiempo necesario para debilitar las economías iraní y rusa, pensando que ésta es una operación a corto plazo.
Es una constante que si baja el precio del petróleo, esto significa un impulso el crecimiento económico global, y los analistas estiman que como resultado de la actual caída, el resultado será una transferencia de ingresos de los productores de petróleo a los consumidores de crudo entre el 1 y 2% del PIB mundial. Dado que los consumidores tienden a gastar una mayor proporción de sus ingresos que los productores, la demanda de bienes y servicios aumentará. Los principales ganadores serán los grandes consumidores de petróleo: Europa y los principales consumidores asiáticos India y China.
Se considera que la baja en el precio del petróleo hasta ahora es suficiente para asegurar que la inflación general será alrededor de medio punto porcentual más baja en los países avanzados durante el año 2.015, entonces algunos países tendrán una inflación cercana al 1%, lo cual debería incrementar el gasto de bienes de consumo, lo que implica un aumento en los negocios y presupuestos más amplios.
Los norteamericanos tendrán un futuro más complejo: Hacen esta alianza con los árabes creyendo que su producción interna de crudo, basada en la tecnología de fracking convertirán a USA en el mayor productor de petróleo del mundo. La reciente producción estadounidense de crudo sin duda ha sido impactante, pues casi han duplicado su producción en los últimos tres años. Este aumento de la oferta de crudo a nivel mundial ha hecho que cualquier reducción de los suministros de Irán o Rusia debido a las sanciones impuestas por USA, Europa y la OTAN no logre afectar la economía global.
Pero la fuerte caída en el precio del petróleo hará que algunos campos arenas bituminosas en los cuales se emplea la tecnología del fracking sean económicamente inviables; esto es especialmente cierto en algunos de los nuevos desarrollos, donde un alto precio del crudo es requisito indispensable, pues se necesita un gran flujo de dinero para cubrir los altos costos de la puesta en marcha de los proyectos de extracción de crudo. Pero también es cierto que en algunos de los campos más maduros, donde el rápido agotamiento de las reservas ha obligado a las empresas a ir más profundo – y por supuesto mayor gasto – hace que el punto de equilibrio para una operación rentable se encuentre muy por encima de los US $50 dólares el barril. En resumen, encontramos que un efecto secundario del intento estadounidense-saudí para bajar el precio del petróleo será la reducción en el desarrollo de proyectos que impliquen el uso de la tecnología de fracking.
Y es aquí donde se pone de relieve la astuta jugada de los saudíes: además de conseguir el efecto geopolítico de debilitar a sus enemigos, consigue de paso desestimular el uso de la tecnología fracking en su aliado norteamericano, pues el desplome de los precios del petróleo está haciendo que sea más difícil para las empresas de energía de USA obtener la financiación que necesitan para mantener las operaciones actuales o refinanciar su deuda. Las empresas piden prestado basadas en el tamaño de sus reservas, pero cuando los precios bajan más de un 50%, el valor de dichas reservas disminuye bruscamente, lo cual implica un abrupto corte en el acceso al mercado financiero, dejando a la administración de las mencionadas empresas ante la sombría perspectiva de la venta de activos a precios de quema o al incumplimiento de sus compromisos comerciales. Pero lo que preocupa a la bolsa de Nueva York es que un aumento en las fallas de las empresas de energía podría continuar creando tensión en el sistema financiero y dando una tremenda paliza a los bancos. A pesar de los seis años de tasas cero y flexibilización monetaria, los bancos más grandes de los Estados Unidos están siendo sufriendo una peligrosa descapitalización, lo cual significa que una ola de quiebras inesperadas podría colapsar las instituciones más débiles e inclinar el sistema a una crisis de proporciones.
En conclusión, vemos que los norteamericanos en su afán de atacar la economía rusa han decidido tomar acciones tan arriesgadas que podrían implicar que les puede salir el tiro por la culata, terminar afectando en manera grave su propia economía y por supuesto, las economías de los países como Colombia y en general Latinoamérica, que nos estamos viendo afectados de manera importante por la coyuntura actual.
Bibliografía
http://www.theguardian.com/business/economics-blog/2014/nov/09/us-iran-russia-oil-prices-shale
http://theinterpreternow.blogspot.com/2014/12/the-oil-coup-john-kerry-us-secretary-of.html
http://www.thetruthseeker.co.uk/?p=107709
http://article.wn.com/view/2014/11/09/Stakes_are_high_as_US_plays_the_oil_card_against_Iran_and_Ru/
http://www.thetruthseeker.co.uk/?p=108669
http://russia-insider.com/en/2014/12/18/1965
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http://joemiller.us/2014/12/duopoly-just-put-taxpayers-hook-trillions-oil-derivatives/
https://www.popularresistance.org/us-risks-economic-crash-in-oil-war-with-russia/
http://blog-dialogoafondo.org/?p=4984
http://www.semana.com/economia/articulo/economia-mundial-al-borde-de-la-crisis/406310-3
3 Comments
La pobre Venezuela que no PRODUCE nada por confiar en el ORO NEGRO está pagando los platos rotos.Y los políticos sólo se pelean entre ellos.
Exelente su descripcion de lo que esta pasando en el mundo. Y hay en su analisis un pais con una sed de destruccion de la tierra, y de esclavizar a la humanidad. Es arabia saudi. Y mirando esta nacion a traves de la Biblia, esta en apocalipsis 17 y 18 Dios la describe como la madre de todos los males de la tierra, y su destruccion sera fulminante en una hora. Dios dice que de los reyes de esta region saldra la bestia. Que sera el siguiente despues de Salman bin abdulaziz, a quien interese la unica salida es Jesucrito.
buenos dias me parese muy bueno la informacion en conclucion se puede invertir piensan que pude subir el precio o tiende a bajar aun mas