Fracking en Norteamérica implica pobreza en Suramérica

En la actualidad, el tema de moda es la increíble baja en el precio del petróleo, la cual tiene especialmente afectada a las economías de los países productores en Latinoamérica ya que para dichos países sus ingresos provienen en un alto porcentaje de la venta del crudo, cuyo principal comprador es América del Norte.

Esta no es una situación nueva, puesto que en el siglo pasado, más exactamente en los 80´s, sucedió algo similar con consecuencias idénticas para nuestros pueblos. Como quiera que hay un adagio popular que dice que “El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”, es nuestro deber dar a conocer los hechos y sus posibles efectos para que estemos advertidos y podamos actuar en consecuencia.

El meollo del asunto es que, por intereses geopolíticos de las grandes potencias, estamos viviendo una disminución en los ingresos petroleros que se acerca al 50%. Esta disminución viene siendo impulsada directamente por los norteamericanos, ya que Estados Unidos para conseguir que se disminuyan los ingresos de Rusia – pues como es bien sabido Rusia es uno de los mayores exportadores de petróleo y sus derivados –  cambió radicalmente su política de explotación del crudo, impulsando técnicas no convencionales conocidas como fractura hidráulica o fracking –como se conoce habitualmente en inglés-, las cuales implican bombardear las capas de la corteza terrestre con agua, arena y aditivos químicos. Con este procedimiento se destruyen rocas y se liberan a gran escala tanto petróleo como gases.

Estos nuevos procedimientos  no solamente son abiertamente nocivos para el medio ambiente, sino que la disminución de la importación de petróleo latinoamericano se ha visto agravada por una extraña circunstancia: de manera inexplicable, los Estados Unidos ha incrementado la importación del crudo desde el medio oriente a sus aliados de los Emiratos Árabes, en detrimento de su “patio trasero”, quienes somos supuestamente sus grandes amigos y “aliados estratégicos”.

Pero si analizamos con más profundidad, nos damos cuenta que los Árabes han efectuado dos jugadas muy astutas: primero, se niegan de manera persistente a bajar la producción, con lo cual mantienen los precios a la baja y segundo, han definido un precio especial para los norteamericanos, por debajo del precio promedio, obteniendo de esta manera un importante aumento en su cuota de exportación hacia USA, lo cual significa que no ven disminuidos sus ingresos. Estados Unidos les sigue el juego porque eso les permite parar algunas de sus más importantes refinerías para efectuarles labores de mantenimiento.

Obviamente, cuando sube de manera exagerada el precio del petróleo esto es nocivo para la economía norteamericana, en este caso explotan sus recursos propios obteniendo importantes ganancias, pero cuando los precios bajan sensiblemente, disminuyen en gran manera la explotación del petróleo propio y en cambio, compran a terceros países para “guardar” el suyo para otras épocas.

En la actualidad, los norteamericanos han venido explotando sus recursos petroleros tanto convencionales como no convencionales, inclusive vienen incrementando en gran manera la explotación de esquistos bituminosos o shale oil, es cual es un petróleo y gas extraído por medio de procesos de pirolisis, hidrogenación o disolución térmica. Estos procesos convierten a la materia orgánica que está dentro de la roca bituminosa (llamada querógeno) en petróleo sintético y gas, que puede usarse como combustible o mejorarse para poder ser empleado en las refinerías agregándole hidrógeno y retirándole impurezas tales como azufre y nitrógeno.

Los principales países con yacimientos de esquisto son Estados Unidos, Canadá, Brasil, Argentina, Francia, Alemania, Polonia, Australia y China. USA a su vez, es un gran consumidor de petróleo. De hecho, este país es uno de los principales importadores de energía y se prevé que para el año 2017 sea el primer productor de petróleo, según datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en ingles).

Hoy por hoy, hay unos 30 yacimientos de esquisto en EE UU, pero el 90% de la producción proviene de 6 de ellos. La mayor parte de los yacimientos no son tan productivos y por ello ofrecen un rendimiento marginal.

Para poder sostener el suministro de energía cuando se depende de combustible fósil debe darse una circularidad perpetua. Hay que buscar nuevas reservas y perforar de manera permanente, lo cual resulta siempre en el agotamiento del recurso energético y en un nuevo comienzo del ciclo. Esa es la naturaleza de la producción de los hidrocarburos: el petróleo y el gas son finitos. Igualmente, las interrupciones en el suministro generan volatilidad en los precios y complican el desarrollo de la economía global.

Todos sabemos que la energía es la base fundamental de la economía mundial y que es vital para todas las economías modernas. Las vidas perdidas, los gastos exagerados y los fracasos políticos producto de más de 10 años de guerras en el extranjero, principalmente en Irak, han agotado a la población estadounidense, que ya quiere ver a su país fuera de Oriente Próximo. La guerra de Irak, que costó más de 2 billones de dólares, fue anunciada por el gobierno Bush como la guerra por la democracia y la libertad. En realidad, fue una guerra por el petróleo que tenía como objetivo la normalización de los suministros de crudo.

Otro de los aspectos críticos es el de las repercusiones ambientales para producir este tipo de energía, pues al fracturar hidráulicamente el suelo y las rocas en las cuales se encuentra almacenado ese tipo de crudo, se debilita el terreno. Del mismo modo, el agua que se usa para extraer bajo presión el petróleo y gas que se halla en los esquistos emplea químicos dañinos que contaminan el medio ambiente. Muchas Organizaciones No Gubernamentales (ONG´s), principalmente en países europeos como Francia y Alemania, han ejercido mucha presión a sus gobiernos para impedir que se lleven adelante este tipo de desarrollos energéticos y han logrado que se aprueben leyes y normativas que prohíben la explotación de petróleo y gas de esquisto en dichos países.

El Águila de USA arranca nuestras riquezas

Desde la definición y aplicación de la denominada Doctrina Monroe, sintetizada en la frase «América para los americanos», la cual fue elaborada en el año 1823, se estableció que cualquier intervención de los estados europeos en América sería visto como un acto de agresión que requeriría la intervención de Estados Unidos. La  [ ]doctrina fue presentada por el presidente James Monroe  y definió desde ese momento la política exterior de USA, fue concebida por John Quincy Adams, como la proclamación de los norteamericanos de su oposición al colonialismo, pero en realidad ha venido sirviéndoles para dominar a su antojo a nuestros pueblos suramericanos.

Los norteamericanos no permiten a terceros países intervenir o entrar económicamente en América Latina, pero en cambio, ellos si nos utilizan dependiendo de sus necesidades. Cuando USA requiere de nosotros, nos abrazan y nos cuidan, pero cuando quieren pelear con otros pueblos, principalmente los rusos u otros países del oriente, nosotros nos convertimos en sus hermanos menores, “Juanitos” que debemos sufrir y aceptar las decisiones del gran hermano, tal como en el caso actual de la caída en los precios del petróleo, generada directamente por los Estadounidenses, que nos afecta en gran manera, pero que debemos aceptar sin chistar porque conviene a los intereses de USA.

Es así como Estados Unidos ha venido convirtiéndose en “El Gran Hermano”, vigilándonos y cuidándonos porque supuestamente somos sus amigos, desplegando su política de América para los americanos, pero en realidad, USA no tiene amigos sino intereses y en este momento político no somos de su interés, sino que los norteamericanos están interesados en afectar en gran manera la economía rusa, sin importarles cuanto deteriore los ingresos y la economía de sus supuestos amigos del continente.

Lo justo es que haya una relación más igualitaria y tengamos voz y voto en las decisiones que nos afectan de manera tan importante.

Tanto Colombia como Venezuela, países hermanos, unidos por su historia, situación geográfica, desarrollo y explotación de materias primas, somos los principales afectados por esta situación. Venezuela exporta más del 50% de su producción petrolera a USA y Colombia, además de tener como principal socio a USA en los temas del petróleo, también les exporta níquel y ha firmado un TLC muy dañino para los intereses colombianos.

Vea como es el TLC entre Colombia y Estados Unidos

Creemos que debemos hacer algo urgente para sacudirnos de este yugo y no solamente la queja de Mafalda:

Mafalda se queja de como nos explota Norteamérica

Bibliografía

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http://www.politicaexterior.com/articulos/economia-exterior/gas-y-petroleo-de-esquisto-una-falsa-seguridad/